sábado, 18 de abril de 2009

Los gajes del oficio.



La Uruca siempre me recordará el guevazo que me dio otro niño con el palo de reventar la piñata, justo cuando decidí tirarme, animado por los gritos de mi tío. Cuesta de Moras aún huele a pan horneado y a la revista Tambor que perdí en el bus, nueva, sin abrir, la única que tuve y quizás la mayor tristeza de mi vida contando todo lo que se puede llorar a los ocho años. Mi mamá, de piedra, no me habló en todo el regreso.
El chamaco me dio justo en la cabeza, quedé en el piso llorando y de la piñata me sacaron las mamás de los otros. Mientras me daban agua y escandalizaban la chichota de rigor, una de ellas lo dijo. Vieja cabrona, vieja hija de puta, todavía me repito eso cuando hay que resignarse.
Luego, por si acaso me enamoré de puras mujeres imposibles, aunque eso pudo ser decisión de ellas. De todos modos no hizo falta, el orden de las mujeres no altera el producto.
Revistas, chichotas y viejas. Heridas de esas que dizque nunca cierran.

viernes, 17 de abril de 2009

Grunge tropical

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Te gustaba Nirvana,
en resumen y teoría,
entonces no tenías todos los discos,
Dave y Chris eran quizá los dos maes detrás de Kurt
y grunge era una palabra aún sin encerrar del todo
con sabor a guitarra, greñas largas y franelas viejas.


Pero traías un disco de Nirvana
Y usabas tenis y un overol café la tarde que nos conocimos,
nos sentamos a escucharlo en la acera de un colegio,
era un colegio caro;
al sentarte, el pelo se te cayó hasta el piso
y nunca me repuse del impacto.


Era un tiempo sin secretos ni mañas,
Cartago no asfixiaba
No teníamos hijos, planes, deudas,
No teníamos nada.


Habías dicho “mirá lo que tengo aquí”
y lo pusiste a sonar tan aplicada
que aún a estas alturas
me niego a exorcizar tu mirada de ese primer día,
cómo te daba el sol de la tarde,
cómo le devolvías una sonrisa.

Después el tiempo, los secretos, lo natural

Ahora somos forzosamente más viejos y sinceros,
el tiempo me dejó calvo, me dio trabajo,
me trastocó en algo que aún no he descifrado,
pero de vez en cuando me baño;
a vos no te ha ido nada mal,
me lo contabas ayer después de los años.


Solo que del recuento de hechos, mi compa,
yo nunca te dije una cosa,
Nirvana no me gustaba tanto
pero se trataba de estar cerca
y tuvieron que pasar años para que algo
me dejara como lo hiciste esa vez,
muchos, añales, mae.