domingo, 17 de mayo de 2009

drinking home

el gran dilema
se dejó decir el ojos de gargajo
en costa rica (la GAM)todos quieren ser bucosqui o antibucosqui,
procedamus in pace in nomine whatever)
faith my ass
"mil cervezas han quedao tiradas por el camino, cuantas más van a quedar"
evaristo
toda la gran diná-mica humana al final se reduce al tamaño de los cerros o su equivalente old proveedor
quienes anidan en desiertos lo hacen por tradición ancestral y nunca por gusto,
rescash res rescash res
then i say, yo tomo por oficio no por esnobismo
-it just feels right-
then i say, pa qué mierdas hablan paja si siempre regresan los mismos a casa,
a la chospa, al sobre mop, al lugar llamado home,
lo q yo hubiera dado por ser al menos como el ninja en beverly hills,
de las palabras q conozco no hay mejor manera para decir:
borrachín chin chin
borrachón chon chon

viernes, 1 de mayo de 2009

A Pajarotti le gusta el rock alternativo


Es curioso encontrar un compinche en la casa después de tantos años, pese a que sospecho que soy el culpable de que los vecinos ahora trasnochen a menudo y no sea cosa extraña escucharlos conversar a la 1 ó 2 de la mañana. Además, nunca, en 14 años de vivir aquí, me han dicho una palabra por toda la música que he puesto a sonar a toda hora y volumen.
Es lo típico en estas casas de suburbios de media, de pared de por medio y patio de vista común. Enlazar costumbres, el cable, no escuchar escándalos y no molestar.
Estas cuadras las hicieron así para que rindieran más, pero me pregunto quién trazó las calles y cómo hizo cuando todo esto eran "ciénegas y pantanos, me acuerdo yo".
Pajarotti es el mozotillo de charral que nos regalaron para animar la casa. Es el segundo después de Markés, que se fugó con sus compinches (los tenía y en mi casa manejan la versión de la fuga) o un gato encontró la manera de agregarlo al menú. Quizás estoy en un error y los criados en cautiverio sí son capaces de vivir afuera.
A este reemplazo pensé en nombrarlo Kikuchiyo, pero apenas me pasó la fiebre de Los 7 samurai (la original) pensé que lo mejor era Pajarotti.
Pero el cabrón no trinaba, nunca cantaba, y ya empezaba a pensar en ponerle enrique cuando un día lo escuché trinar como si no fuera con él la cosa, agazapado, casi tímido el pobre, lo hacía pocas veces y siempre que ponía un disco variado antes de irme a trabajar.
Al tiempo descubrí el truco, le gusta Silverchair, aquel grupo de grunge q sorprendió al mundo cuando apenas eran quinceañeros y que todavía andan por ahí tocando algo como un indie ultramelódico, yo qué sé. Pajarotti se suelta a trinar cuando los escucha y ya lo demostré tras experimentar con otra música. Es oficial, el pájaro de mi casa es rockero, con tendencias indies.
Uno hubiera asumido que The Eagles, Peligrosos Gorriones o La Máquina de Hacer Idems, y que matice con Beck es algo que te pone a pensar si no será más bien que uno es muy obvio y no ve más allá de su nariz.
De todos modos, como decía, es mi compinche y ahora hay cierta complicidad entre nosotros cuando le cambio el agua y el alpiste cada mañana.
Los experimentos han seguido, pero no he logrado documentar mayores cambios.

sábado, 18 de abril de 2009

Los gajes del oficio.



La Uruca siempre me recordará el guevazo que me dio otro niño con el palo de reventar la piñata, justo cuando decidí tirarme, animado por los gritos de mi tío. Cuesta de Moras aún huele a pan horneado y a la revista Tambor que perdí en el bus, nueva, sin abrir, la única que tuve y quizás la mayor tristeza de mi vida contando todo lo que se puede llorar a los ocho años. Mi mamá, de piedra, no me habló en todo el regreso.
El chamaco me dio justo en la cabeza, quedé en el piso llorando y de la piñata me sacaron las mamás de los otros. Mientras me daban agua y escandalizaban la chichota de rigor, una de ellas lo dijo. Vieja cabrona, vieja hija de puta, todavía me repito eso cuando hay que resignarse.
Luego, por si acaso me enamoré de puras mujeres imposibles, aunque eso pudo ser decisión de ellas. De todos modos no hizo falta, el orden de las mujeres no altera el producto.
Revistas, chichotas y viejas. Heridas de esas que dizque nunca cierran.

viernes, 17 de abril de 2009

Grunge tropical

Photobucket

Te gustaba Nirvana,
en resumen y teoría,
entonces no tenías todos los discos,
Dave y Chris eran quizá los dos maes detrás de Kurt
y grunge era una palabra aún sin encerrar del todo
con sabor a guitarra, greñas largas y franelas viejas.


Pero traías un disco de Nirvana
Y usabas tenis y un overol café la tarde que nos conocimos,
nos sentamos a escucharlo en la acera de un colegio,
era un colegio caro;
al sentarte, el pelo se te cayó hasta el piso
y nunca me repuse del impacto.


Era un tiempo sin secretos ni mañas,
Cartago no asfixiaba
No teníamos hijos, planes, deudas,
No teníamos nada.


Habías dicho “mirá lo que tengo aquí”
y lo pusiste a sonar tan aplicada
que aún a estas alturas
me niego a exorcizar tu mirada de ese primer día,
cómo te daba el sol de la tarde,
cómo le devolvías una sonrisa.

Después el tiempo, los secretos, lo natural

Ahora somos forzosamente más viejos y sinceros,
el tiempo me dejó calvo, me dio trabajo,
me trastocó en algo que aún no he descifrado,
pero de vez en cuando me baño;
a vos no te ha ido nada mal,
me lo contabas ayer después de los años.


Solo que del recuento de hechos, mi compa,
yo nunca te dije una cosa,
Nirvana no me gustaba tanto
pero se trataba de estar cerca
y tuvieron que pasar años para que algo
me dejara como lo hiciste esa vez,
muchos, añales, mae.

lunes, 5 de enero de 2009

No, no siempre fui tan feo, (Roque Dalton)

Lo que pasa es que tengo una fractura en la nariz
que me causó el tico Lizano con un ladrillo
porque yo decía que evidentemente era penalty
y él que no y que no y que no
nunca en mi vida le volveré a dar la espalda a un futbolista tico
el padre Achaerandio por poco se muere del susto
ya que al final había más sangre que en un altar azteca
y luego fue Quique Soler que me dio en el ojo derecho
la pedrada más exacta que cabe imaginarse
claro que se trataba de reproducir la toma de Okinawa
pero a mí me tocó ruptura de la retina
un mes de inmovilización absoluta (¡a los once años!)
visita al doctor Quevedo en Guatemala y al doctor
Bidford que usaba una peluca colorada
por eso es que en ocasiones bizqueo
y que al salir del cine parezco un drogadicto desvelado
la otra razón fue un botellazo de ron
que me lanzó el marido de María Elena
en realidad yo no tenía ninguna mala intención
pero cada marido es un mundo
y si pensamos que él creía que yo era un diplomático argentino
hay que dar gracias a Dios
la otra vez fue en Praga nunca se supo
me patearon cuatro delincuentes en un callejón oscuro
a dos cuadras del Ministerio de Defensa
a cuatro cuadras de las oficinas de la Seguridad
era víspera de la apertura del Congreso del Partido
por lo que alguien dijo que era una demostración contra el Congreso
(en el Hospital me encontré con otros dos delegados
que habían salido de sus respectivos asaltos
con más huesos que nunca)
otro opinó que fue un asunto de la CIA para cobrarse mi escapatoria de la cárcel
otros más que una muestra de racismo antilatinoamericano
y algunos que simplemente las universales ganas de robar
el camarada Sóbolev vino a preguntarme
si no era que yo le había tocado el culo a alguna señora acompañada
antes de protestar en el Ministerio del Interior
en nombre del Partido Soviético
finalmente no apareció ninguna pista
y hay que dar gracias a Dios nuevamente
por haber continuado como ofendido hasta el final
en una investigación en la tierra de Kafka
en todo caso (y para lo que me interesa sustentar aquí)
los resultados fueron
doble fractura del maxilar inferior
conmoción cerebral grave
un mes y medio de hospital y
dos meses más engullendo licuados hasta los bistecs
y la última vez fue en Cuba
fue cuando bajaba una ladera bajo la lluvia
con un hierro M-52 entre manos
en una de esas salió de no sé donde un toro
yo me enredé las canillas en la maleza y comencé a caer
el toro pasó de largo pero como era un gran huevón
no quiso volver para ensartarme
pero de todos modos no fue necesario porque
como les iba contando yo caí encima del hierro
que no supo hacer otra cosa que rebotar como una revolución en África
y me partió en tres pedazos el arco cigomático
(muy importante para la resolución estética de los pómulos)

Eso explica por lo menos en parte mi problema.